Por Marco A. Stivalet Pensado
M.S. ¿Cross-Pollination es una iniciativa de mfit?
T.M. Sí, pero este Cross-Pollination está así como muy… Ya se volvió una simbiosis aparte, siempre había sido interinstitucional pero lo habíamos hecho con una escuela de diseño que se llama Centro de Diseño Cine y Televisión;aunque con “Centro” se había quedado como un proyecto muy escolar, pues era un proyecto con estudiantes, escuela con escuela, un proyecto entre estudiantes. La maravilla del Atelier es que es como un ámbito más profesional, porque no está ligado a una escuela, eso le da una visión completamente diferente a la forma de trabajar y el hecho de que estuviera involucrada la saps (Sala de Arte Público Siqueiros) también le da, ¿cómo explicarlo?…Pues van a demostrar su trabajo en un ámbito museístico. Tuvieron acceso, los estudiantes en México, al acervo de la saps, todo eso le dio como que otra perspectiva al taller, lo que permitió que se exploraran muchos aspectos del trabajo en diseño que no habíamos podido explorar en los talleres anteriores, porque siempre era maestro con alumno o maestro con alumnos. El primero fue denominado Proyectos Fotográficos de Moda y Política en Nueva York; en el “Centro” hicieron Proyectos de Moda y Política en México. El segundo año hicimos un folleto, pero como no había exposición y no había prenda –bueno, sí hicieron unas prendas–, siempre iba de una escuela a otra, y ahora, el hecho de que vayan a mostrar su trabajo en un museo y que vayamos a publicar un libro, ha cambiado completamente el nivel de la conversación y el impacto que tiene en los alumnos.
M.S. ¿Los alumnos son tanto del MFIT como del Atelier Romo?
T.M. Así es. En mfit tuvimos tres alumnos, lo que sucede es que en mfit estoy trabajando con alumnos de maestría en museología para moda y textiles; y en Atelier, pues casi todos son alumnos de licenciatura, y una chica de preparatoria, pero lo que decidimos Sebastián y yo era por los perfiles, tanto de sus alumnos, como de los míos. Los alumnos de Nueva York se iban a dedicar a la parte teórica, a escribir, a investigar, a entrevistar; y los alumnos de mi equipo iban a ser la parte más practica, que era hacer las prendas, –hicieron un mural–, y hacer unos videos. Entonces lo que sucedió fue que hubo un diálogo, las alumnas de Estados Unidos le presentaron diferentes diseñadores de moda a los alumnos de México. Digamos que cada quien trajo al taller lo que eran sus áreas fuertes, por un lado ellas se dedican a la investigación, y se dedican a la museología; entonces les presentaron su trabajo a diseñadores y dijeron: “bueno, ¿Coco Chanel porqué está en un museo? ¿Cuáles son las características de su trabajo? ¿Qué es lo que haría una prenda de Coco Chanel una obra maestra dentro del campo de la moda? ¿o Balenciaga, cuál ha sido su impacto histórico?”, etcétera. Y así fue como empezamos el taller. Luego se empezó a introducir el de Siqueiros y toda la parte tanto como política como de aspectos formales de la obra de Siqueiros, y ya con esos dos componentes, empezaron ellas a trabajar en las piezas, y cuando ya estuvieron las prendas, nos las mandaron a Estados Unidos. Ahí empezaron a escribir un ensayo acerca de las prendas, y las chicas allá hicieron una entrevista a un curador de moda del museo y a una artista contemporánea que se llama Tania Candiani, mexicana, que ha trabajado el tema de moda desde el punto de vista del arte contemporáneo.
M.S. ¿Y, la producción de las prendas se hizo aquí en México?
T.M. Totalmente, todo se hizo. O sea, sí se coció todo, todo, en México. Nos lo mandaron a Estados Unidos para que las vieran las estudiantes de allá, porque hicimos una sesión fotográfica, y lo que hicimos fue fotografiar las prendas, ¿¡eh!?, de la forma en que fotografiamos las prendas de profesionales, digamos, en el museo, con los mismos rigores y con el mismo estilo con la fotógrafa profesional del museo.
M.S. ¿Eso es lo que va a salir publicado en el libro?
T.M. Eso es lo que va salir, es una de las partes del libro.
M.S. ¿Cuándo sale?
T.M. El libro, yo creo que va a salir en el otoño. En estos momentos lo que pasa es que originalmente habíamos hecho un presupuesto para hacer un libro en blanco y negro, con un formato como de media carta y con pasta suave, ya cuando empezamos a ver los trabajos de los alumnos, la diseñadora dijo: “no pues es que ¿qué tiene que sea a color, pasta dura…?”, entonces así quedó.
Pues ya hicimos la primera prueba de impresión y está increíble, y ahora estamos buscando fondos para poder hacer la impresión a color, en pasta dura.
Entonces le estamos buscando. Mucha gente te dice así: “pero tú vienes de Estados Unidos, tienes un montón de dinero”; pero en Estados Unidos todo lo tienes que fondear tú solo. Eso ha sido como un aprendizaje súper interesante para nosotros como gestores del proyecto. Y tratar de explicárselo a los alumnos, tanto en México, como en Estados Unidos (porque allá en Estados Unidos no sabes cómo trabajé con las chavas para tratar de juntar los grants [y pedimos dinero por aquí y por allá]), y pues es parte del aprendizaje, es parte de aprender a hacer un proyecto, a escribir una solicitud, y bueno, trabajar con… decir: “necesitas escribir tantas palabras, tiene que ser escrito, tiene que estar bien revisado”, y si vas a entrevistar a un curador, vas a entrevistar a un artista, ¿qué preguntas le vas a hacer?, o a la chica que escribió el ensayo acerca del trabajo de las chavos de acá. Digo, te platico porque eso es lo que yo hice, más que los que trabajaron aquí en México. Yo estuve trabajando en Nueva York, -era que me mandaban un texto [para revisar], y les decía a mis alumnas: “bueno pero yo he platicado con Sebastián y esto como que no dice lo que ellos dicen que hicieron, ¿ya platicaste con ellos? ¡No, pues no!, pero es que les tienes que escribir, no puedes escribir nomás de lo que tu entiendes”.
Es muy interesante y, para mí, cuando empecé con los Cross Pollination, lo era, porque yo sé, conozco la escena cultural de México. Yo sé que México tiene artistas muy importantes, gente muy creativa, cosas súper interesantes; pero en Estados Unidos mucha gente no se entera, entonces dije: “¿cómo le puedo hacer?, ¿qué puedo hacer que tenga un impacto que no se les olvide?”, porque si vas y haces una conferencia (que hago yo muchas conferencias en el museo) pues tú vas, oyes al conferencista, te impresiona un buen, ¿no? Fue la diseñadora Carla Fernández una vez, para dar una charla, y todo el mundo estaba así de ¡no manches! Pues Carla fue y todos estaban así; pero a la semana vas a otra conferencia y ya estás con la nueva conferencia y ya. Dije:“no, algo que se les grave”, pues es cuando trabajas por mucho tiempo, colaboras, y entonces, ya te aprendes el nombre de tu contraparte, y aprendes, y entonces aquí las chavas ya saben quién es Siqueiros y ya entienden de la poliangularidad dinámica, y saben perfectamente quién es Tania Candiani, y que trabaja en Tijuana, y saben que ahora Tijuana es un centro cultural súper importante de México, que son cosas que, por ejemplo, para alguien en Estados Unidos es impensable que Tijuana sea una potencia cultural en este país, ¿no? O sea, ni les cruza por la mente. Igual que para los estudiantes de México, pues la moda en México es muy diferente a la moda en Estados Unidos, la industria es súper distinta, el mercado es muy diferente. Entonces, enfrentarse a “mira, esto es lo que hace un Chanel, Karl Lagerfel, estos son los estándares de calidad, éstas son las preguntas que se hacen, ésta es la manera en la que enfrentan al mercado”, pues son cosas que están completamente fuera de la experiencia y la realidad de un chavo en México, porque ése no es el mercado en el que nosotros compramos moda. Le impresionó tanto a una chava la cuestión de la manufactura que dijo: “no, yo no quiero coser porque nunca voy a cocer a esa altura. “Todas mis prendas van a ser con técnicas que no requieran coser”, que, si tú lo piensas, ¡hombre¡, pues si tú ves que tu lado fuerte es que puedes ser súper creativo y hacer cosas con otros materiales, y que tu lado débil es que no cosas muy bien, ésa es una solución inteligente ¿no? Y dices: “no, es mi costura, nunca voy a competir con los grandes, pues entonces sí puedo competir con la parte de creatividad.”
M.S. Dices… darte cuenta de tu fortaleza y explotarla.
T.M. Y decir: “si yo quiero estar acá ¿qué es lo que tengo?, ¿cuáles son los recursos?” Estaba yo platicando ayer con una chava del taller que me decía: “es que quiero trabajar en piel o en no sé qué papel”, porque le gusta como esta rigidez, y pues hay piel pa’ tirar pa’rriba en México. A lo mejor lo que tienes que hacer es buscar la calidad de piel que te dé, o sea, alguien va tener una piel que sea rígida como un papel, sólo es cosa de que te pongas a investigar, pero piel vas a encontrar, y hay en León, pero hay en muchos otros lados también. Y León es una ciudad de muy fácil acceso por el DF, tú sabes, el querer es poder, entonces ésas cosas, le pregunto: “si vas a tener gente que va a saber coser piel, que va a saber tratar la piel porque no es un material ajeno.”
M.S. ¿Y en dónde involucran la parte tecnológica?
T.M. Pues mira, nosotros, como es un proyecto educativo, tanto para el atelier como para nosotros, es el eje central del taller. El aprendizaje de los participantes es que transformen sus ideas, que experimenten, que aprendan, entonces, en mfit, nuestra plataforma para todos los proyectos educativos está en nuestra página web. Los dos proyectos anteriores vienen en la página, tú puedes bajar los folletos, revisar todo, pero básicamente así como lo estuvimos presentando en Nueva York, que originalmente el objetivo era hacer un taller de larga distancia, donde la gente se pudiera comunicar, trabajar, juntar y terminar con una página web. Ése era así como el proyecto original, que ha ido creciendo, y ahora ya acabamos así como un libro y exposición: pero ésa es entonces, digamos, la parte tecnológica. Está toda la plataforma web en el mfit.
M.S. Se puede decir que la parte que se sirve de la tecnología es la forma de configurar el evento y de promoverlo.
T.M. Exactamente, y pues también la parte de la comunicación, porque es un taller donde la comunicación es esencial, porque estás trabajando con contrapartes que viven a miles de kilómetros de distancia. Los alumnos nunca se han conocido en persona, estuvimos trabajando un buen, para ver si conseguíamos dinero para que vinieran, pero no, no conseguimos fondos para que vinieran, y entonces nunca se han conocido en persona, todo lo han escrito, todo lo que han investigado ha sido así, que mandaron las prendas. Esto es lo que platicamos, se han conocido en Skype, y se han escrito correos electrónicos; pero en realidad, digo, hace veinte años, cuando no existía el Internet, un taller así hubiera sido impensable, y es como la belleza de la tecnología, de poder comunicarte, y de que no van a tener ni siquiera que pagar por Skype, pues es un recurso gratuito. Se puede invitar a mil personas a una fiesta sin que te cueste por estos medios digitales, lo único que tienes que hacer es, digo, es subir tu foto y poner tus datos, etcétera.
Al principio, cuando hice el primer Cross Pollination, no tenía yo ni grants, y lo hice así de: “tengo una computadora, tengo un teléfono, y tengo accesos a mi webmaster del museo, dije puedo hacer con estos recursos un taller a larga distancia y quiero hacer algo por México”; o sea, así me lo inventé el primer Cross, y ya el segundo pedí un grant, porque había salido bien con el primero. Me lo dieron, y ya con ese dinero, Sebastián fue a Estados Unidos a conocer a las estudiantes e imprimimos el primer libreto. Imprimimos el primer material, y ya este año, pues ya teníamos más, y Sebastián pidió a Jumex, y ya siguió creciendo; pero obviamente se convierte en un ejercicio educativo de arte contemporáneo. O sea, es así como se diluyen las fronteras entre diseño, entre arte, entre educación, experiencia de campo, y práctica profesional, porque, para las chavas allá, fueron prácticas profesionales.
M.S. ¿Y éstas prendas se van a exponer en Nueva York?
T.M. No, se van a exponer aquí y allá. Estamos buscando un lugar, porque, para mí, yo siento que exponer en mfit es como exponer en tu escuela, como si fueras a exponer en el pasillo de tu escuela. En cambio, si llegas a un espacio que es externo, pues ya te acercas a otras personas, otro público, y se vuelve nuevamente un ejercicio mucho más real.
M.S. Normalmente cuando han hecho las ediciones anteriores, ¿ustedes la sacaron en algún otro lado, en México?
T.M. No, la primer versión fue todo on-line. Todo lo que hicieron todos los alumnos fue hecho específicamente para vivir en la red, en el primero y en el segundo fue una colección de moda, pero la hicieron los alumnos, así como un ejercicio de moda, y lo que hicimos fue el proyecto, que ese se distribuyó. Hicimos como doscientos y están en la pagina; entonces si tú te metes, pues puedes bajar ese material, y el ejercicio fue que teníamos alumnos de moda y teníamos alumnos de diseño industrial, y alumnos de comunicación visual; moda y diseño industrial hicieron prendas, y unos zapatos, y una máquina para hacer zapatos, y los alumnos de comunicación visual de México hicieron el diseño de la publicación, y ya nosotros en mfit lo imprimimos, y entonces, por ejemplo, allá en mfit las chavas estuvieron buscando papeles y escribiendo y diciendo: “éste papel sí, éste papel no”.Y tamaño, márgenes e impresor,¿no? Y además de escribir texto y hacerla sesión fotográfica, porque todas las fotos que están en esa publicación fueron tomadas en Estados Unidos.
M.S. Entonces… ¿en esta edición cuál sería la novedad?
T.M. Ésta es la primera vez que estamos haciendo una exposición, que es una presentación de moda donde los diseñadores pueden hacer desfiles o presentaciones, y en las presentaciones tú ves la prenda, entonces este caso es como un híbrido entre exposición de moda y presentación de moda.
Está padre. Estaba yo platicando con una de las curadoras del museo allá y me dice, estaba ella ayudándome a trabajar en la publicación, y me dice: “es que es este un ejercicio netamente curatorial, en donde se inicia con una investigación, se hace la selección de obra y después se trabaja en la publicación y en la exposición”. Sabes luego que necesitas que a veces alguien, desde fuera, que no esté involucrado, te lo diga, y dices, clarísimo, es el mismo proceso que llevarían a cabo si estuvieran trabajando en una exposición, ¡súper interesante!. Y la verdad es que para mí ha sido una de las experiencias más enriquecedoras profesionalmente ¿no? Porque le abres muchas puertas y muchas oportunidades a los alumnos, que, ¡vamos!, ¿qué alumno tiene la oportunidad de entrar al acervo de la saps o de exponer sus prendas en la saps o de trabajar con el Museo de Moda más importante de Estados Unidos. Está padre. O ir a entrevistar a una artista ya consagrada, que esté haciendo un proyecto en el Guggenheim o con un curador. Entonces sí es darles acceso a trabajar como si ya fueran profesionales del ámbito, pues eso esta súper padre.
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Tanya Meléndez es curadora de educación y programas públicos del Museum at fit (Museo del Instituto Tecnológico de la Moda) en la ciudad de Nueva York.