Por Sergio Parra
Un reciente estudio publicado en la revista Art Therapy que ha sido realizado por expertos de la Universidad de Drexel en Filadelfia, sugiere que la creación de arte en cualquiera de sus manifestaciones puede reducir los niveles de estrés, con independencia de la habilidad artística que alberguemos.
Y, en general, hacer las cosas a mano, por nosotros mismos, no solo tiene efectos cognitivamente mesurables en nuestro cerebro, sino porque produce un placer difícil de explicar que bien conocen los aficionados al bricolaje.
Los investigadores del estudio mencionaron contaron con un tamaño muestral un tanto modesto: 39 adultos de edades comprendidas entre los 18 y 59 años. Los participantes pudieron elegir entre materiales como plastilina, lápices o papel y realizar una sesión artística de 45 minutos. Antes y después de la sesión, los expertos tomaron muestras de saliva de cada participante, con objeto de medir sus niveles de cortisol, denominada la “hormona del estrés”. Los investigadores identificaron una reducción en los niveles de cortisol entre el 75% de los participantes. Según explica Girija Kaimal, líder del estudio:
No fue sorprendente, ya que esa es la idea central de la terapia del arte: todo el mundo es creativo y puede ser expresivo en las artes visuales cuando se trabaja en un entorno de apoyo. Dicho esto, yo esperaba que tal vez los efectos serían más fuertes para aquellos con experiencia previa.
La tecnología nos ofrece comodidad y productividad, pero ¿qué tributo pagamos por ello? No solo perdemos determinadas habilidades intelectuales y manuales, sino también el placer de disponer de algo único que tiene nuestra propia firma. Y, por lo que señala este estudio, reducir nuestros niveles de cortisol.
Vía: xatakaciencia.com